CARLYGOM: MÁS PASADO QUE PRESENTE
Cuando uno llega a tener tanta edad como la que logré juntar yo, queda tildado por temas que ya preocupan a pocos: los de su misma generación tal vez...
En el diario Perfil de hoy hay un reportaje al periodista Horacio Verbitsky, en el que afirma "hoy estaba almorzando en un restaurante y veía cómo un chico de 24, 25 años pasaba por la calle con bermudas, una mochila sobre el torso desnudo y nos mirábamos con mi mujer y dijimos: 'Este chico ni siquiera sabe cómo era el país cuando nosotros teníamos su edad: cree que siempre fue así'. Hasta hace no demasiado tiempo, el argentino no podía darse un beso con su novia en una plaza porque lo llevaban preso. Hasta el '83, uno no podía subir al colectivo en bermudas y con sandalias porque el colectivero le decía que se tenía que bajar. Los niveles de represión que vivió la sociedad argentina hasta el '83 fueron tan altos que quedaron, de alguna manera, incorporados a una cultura general, de la cual participaban absolutamente todos los sectores."
¿Cómo explicarle a los chicos que hay cosas que le cuestan entender de nosotros porque vivimos todo ese tipo de cosas que nos agujerearon el cerebro?
Pedro y Pablo, dos cantantes de los setenta que luego fueron celebrados rockeros, tenían canciones que trazaron una especie de "fresco" de lo que era vivir aquella realidad, en la cual los chicos argentinos que queríamos emular la moda mundial del pelo largo, estábamos destinados a ir presos para terminar rapados "por un coiffeur de seccional".
¿Por qué escribo lo que escribo? Para testificar sobre todo aquello. Para que no vuelva, ni lo repitan ni resurja nunca nada de aquello, de tanta arbitrariedad y autoritarismo.