Monday, August 21, 2006

CHICOS RICOS
Si tuviera que dar testimonio sobre absurdos que presenciados en mi vida, uno de los principales sería las campañas publicitaria que me tocó presenciar como público durante tantos años. Pero ni la ingenua y frágil apelación del jabón que “usan y recomiendan nueve de cada diez estrellas de cine” ni la del jabón en polvo que “lava más blanco” se podrían llevar las palmas. Cientos de fabricantes han prometido en forma alevosa y reiterada perfección, blancura o belleza, cuestiones que –oh, casualmente- han sido grandes anhelos de la humanidad (y fácil blanco del marketing).
Claro que ninguno se llevaría las palmas en cuanto a promesas como las de las… ¡campañas políticas!
Puedo ensayar algunos recuerdos. Una, muy sofisticada, en su muy poético jingle rezaba “no malogre el esfuerzo ya realizado, ya realizado; para el bien de la patria, para que el pueblo sea feliz ¡y vote usted, y vote usted por el país!” ¿Qué tal? Y esa era todo el mensaje, sin mencionar el partido ni el candidato. Claro que era la publicidad del partido gobernante, y en cuál era, la memoria no me acompaña. Los votantes ¿le habrán hecho caso al cantito?
Otra decía: “usted también dirá, usted también dirá, Acuña-Zubiri (candidatos intransigentes), Acuña subirá”. Fue allá por el 62, el que ganó fue peronista y no oficialista, lo que trajo como consecuencia que a Frondizi le dieran el raje.
¿Otra? Esa que muchos recordarán, de Menem. Sostenía en forma maníaca y festiva que sea lo que fuere “Menem lo hizo” ¡cual Dios bíblico, todo lo había hecho él! Pero nunca una tan pero tan sofisticada y especial como la que invitaba a votar por primera vez a él mismo como presidente, y dejaba entrever que con él en el gobierno iban a ser más felices “los chicos ricos que tienen tristeza”. En aquel momento a todos nos despertaba curiosidad la frase, pero ni nos imaginábamos lo que encerraba aquella promesa ¡al fin los ricos iban a poder ser más ricos, y los hijos dejarían de tener esa imagen lamentable que parecían arrastrar!
Y así era. Nadie, hasta ese momento, había pensado en qué eran, cómo sentían o vivían, de qué adolecían, los chicos ricos. Aquí lo contaremos.
La gente con mucha guita se preocupa por poder garantizar cierta continuidad en la riqueza a raudales. ¿Y cómo se logra? Así:
1) Con un buen nivel de educación y experiencia,
2) Con buenos contactos,
3) Por herencia.
Los dos primeros se aseguran inscribiendo a los hijos en los colegios y clubes más caros y exclusivos. Para el tercero, basta ser quien ya se es…
¿Nunca pensaste qué pasa con un tipo que llega a los treinta años pasando por un túnel de experiencias digitadas por papá, que luego va a traer sus conocimientos y experiencias a la empresa familiar (o a los de los amigos o socios del viejo)? Pasa que se va a transformar en una “continuidad” tan segura como la de la realeza…
Dicen que nada mejor que un padre obsesivo para modelar un genio. Ahí tienen casos como los de Maradona, Sabattini, Charly García, Bruno Gelber, Messi o Soledad. Más de uno que procuró dar a su hijo la mejor cultura anglosajona hoy sabe que sólo vuelve a verlo cada navidad, cuando viene de paseo desde su residencia en otro mundo (generalmente el primero). Pero no lo debe lamentar: seguramente su hijo hizo el camino que no pudo hacer él.

Friday, August 04, 2006

¡Ahora los vibradores están en todos los carteles de la ciudad!

EL CAMALEÓN, MAMÁ, EL CAMALEÓN…
El camaleón era –es- el nombre de una canción de Chico Novarro, que popularizaron a través del Club del Clan allá por los comienzos de los sesenta.
El Club del Clan era un programa que dirigía María Inés Andrés y que iba por Canal 13, un canal del cubano Goar Mestre, un administrador rígido que se caracterizaba por obligar a sus directores (la élite de la tv de por entonces: Stivel, Andrés, Avellaneda) a grabar con dos cámaras, solamente, con la finalidad de ahorrar.
Ha pasado mucha agua bajo tantos puentes…
¿Quieren escuchar a qué cambios me refiero?
1) Han pasado nada menos que 45 años, y TODOS los mencionados (salvo Chico) ya han muerto.
2) Hoy nadie podría decir que se podría “ahorrar” si se usan menos cámaras al grabar un programa. Las cámaras de tv son parte ineludible de nuestra vida, nos siguen a todos lados, por todos los edificios, esquinas, desde aviones y helicópteros, desde altos edificios… Yo, personalmente y “sin querer” (sic) tengo cuatro: una en el celular (ahí venía…), una en cada web cam (son parte de cada pc) y una en la cámara digital de fotos (viene con una cámara adherida). Podría hasta mencionar una quinta en la que el consorcio colgó en el sistema de cable, y una sexta en la que desheché por obsoleta porque era de VHS! Recuerdo que en “Regreso al Futuro”, el científico loco en el pasado (creo que década del cincuenta) es asombrado por presenciar una cámara de video, el que considera según su concepto “un verdadero canal de tv”.
3) “El Camaleón” fue un tema tropical exitosísimo, a caballo del cual se gestó gran parte de la movida tropical que arrancó en los sesenta de la mano de la cumbia. Hoy, en las carteleras de toda la ciudad es “algo distinto”. En principio, la marca de un preservativo. Y un preservativo (profiláctico, forro, condon o “anticonceptivo masculino mecánico”) pasó de ser un artículo que despertaba suspicacias y/o desprecios por el “lugar”, el “motivo y momento” o “destino” al que estaba obligado, a ser la “salvación” de una humanidad amenazada aunque aún despierte fuertes resquemores religiosos.
Pero… ¿qué es hoy El Camaleón? Miren qué interesante: la ciudad ayer se despertó con una pegatina que nos enseña que es la marca de un nuevo “juguete” que permite ampliar –ahora en forma por demás pública- la diversión sexual. Porque el sexo, al fin y al cabo, parece que dejó de ser secreto, malo o vergonzoso. Llevó varios siglos, pero se logró. Así es como hoy, por ejemplo, se afirma que masturbarse es muy recomendable para mantener ok la próstata, los sexólogos son ídolos en los medios masivos, y los desnudos no asombran ni escandalizan a nadie.
Esta semana, en los kioscos, en la tapa de una revista de chismes de la farándula una chica muestra en primer plano el coqueto detalle de su dos pezones, otra revista –humorística- sugiere que una chica tiene pubis sanador porque se parece a la figura de una vírgen del catolicismo…
Pero ahora no sólo en los kioscos de revistas se destapa a pleno el sexo. En cualquier kiosco de cigarrillos del país desde ahora pueden comprar los nuevos juguetes de El Camaleón: los preservativos con vibrador. ¿Qué tal? ¡ La locura del juego a la hora de penetrar o ser penetrado/a!
Con lo cual, la vieja figura de “mi marido se fue al kiosco a comprar cigarrillos y nunca más volvió", en esta hora tan censora del fumar por las desventajas del cigarrillo puede ser cambiada por la más permisiva de “se fue a comprar forros vibradores y ya no regresó”…
Un lujo, vea…